La orientación familiar al ser una disciplina nueva enmarcada en un servicio de atención preventiva, queda excluida en muchos procesos terapéuticos mal entendidos como patológicos. Sin embargo los orientadores familiares son expertos en construir y propiciar espacios para que las familias puedan encontrar apoyo, contención y alivio. Saben asesorar a las familias en aspectos fundamentales para poder lograr relaciones sanas. Pueden desde su formación, analizar todas las variables estructurales del sistema, para elaborar estrategias de ayuda para la familia. La formación específica del orientador familiar, se basa en una visión integral de la persona, principalmente en los aspectos positivos del conjunto familiar para poder potenciarlos y ponerlos al servicio del propio sistema. Esto implica una riqueza enorme para acompañar a las familias que deben atravesar crisis paranormativas, es decir todas aquellas situaciones que no esperamos atravesar. y que debido a esto muchas veces se ven patologizadas. Si el diagnóstico es recibido con angustia, negación, miedo o ansiedad: es posible que despleguemos conductas que no contribuyan al desarrollo del hijo o hija diagnosticado.